Ser resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La partida de un ser querido, enfermedades graves, quedarse sin trabajo, tener problemas económicos, etc., son sucesos que tienen un gran impacto, aún así las personas resilientes logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo.
La resiliencia implica una serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y desarrollar. Las personas resilientes intuyen que la vida tiene sentido, aceptan los hechos y quieren salir adelante sabiendo que todo pasa y que saldrán más Se Se Se animan a indagar en su interior las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse o si se repiten estan alertas a actuar de manera diferente. Controlan sus emociones, especialmente ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.
Las crisis son oportunidades que nos muestran cosas que tenemos que animarnos a cambiar. Son hechos que debían suceder porque el alma así lo considera para evolucionar. Detrás de cada problema o experiencia dolorosa, hay un mensaje para crecer y madurar hacia ser una versión más elevada de nosotros mismos.
*Compartí esta Noticia con Amigos en Facebook y Twitter.