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Miguel Baltázar tiene 85 años y la particularidad de haber sufrido durante su infancia la famosa enfermedad del mal de Chagas. Es fanático del Barcelona y al igual que el resto de los culés venera a Lionel Messi y le ofrenda elogios más genuinos.
Con la ayuda de su mujer, los médicos y la fuerza de voluntad de un hombre que decidió apostar por la vida y no cederle terreno a la enfermedad, hoy atraviesa días felices recordando tantos malos momentos.
Como coronación de su felicidad, quiso conocer al astro rosarino y contarle su historia de lucha. El encuentro, una propaganda para concientizar a la gente sobre la prevención y el curado de esta enfermedad, se dio entre las lágrimas emotivas del anciano y la conmoción de La Pulga.
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